sábado, 19 de diciembre de 2015

Tenía unas ganas encantadoras de llorar, como si las lágrimas fuesen a borrar su mirada de mis ojos.
Suponían todo tan incierto y borroso que, desconcertada, asistía al fenómeno que provocaba su risa embotando mis oídos.

Tengo los dedos rotos por no soldarme con dedales. Tengo los labios cortados por no dar soldarme con besos.

No(s) encontramos.

"Sentir que es un soplo la vida. Que veinte años no es nada"

S¡Empiezo a creer que cuando llega la hora de irse, alguna clase de providencia tóxica te impulsa a ello. Quizás sea eso, quizás sean mis ganas de exiliarme. Así pasaba todo, de refugio en refugio.

Aun no había empezado el frío del invierno y a la mínima percepción de que el azul congelaba, ya disparaba mis pies al sur. Ya empezaban a crujir las manos y helar los dedos.
Las hojas, caducas, vuelven a tener el color de mi pelo. Y a pesar del océano, del celeste gélido que despierta el cielo, la hierba sigue conservando el tono de tus ojos.

Qué lástima que aun germina por donde piso.



viernes, 18 de diciembre de 2015

"él era culto e inteligente,  y eso desarma" 
Y tenía una sonrisa preciosa
(y un destino adjudicado al sufrimiento)

Joder , él era perfecto y ahora fallaba yo.

domingo, 13 de diciembre de 2015

La necesidad de aferrarme a un clavo ardiendo entre tanto hielo. La creencia de que el frío que no alcanzaban  tres mantas, lo cubriría su cuerpo. Pero no era mayo ni septiembre. Nunca se me dio bien crear nuevas fechas ni vivir en nuevos días

Las últimas página de mi libreta

Las últimas ramas de Madrid, de tres años conmigo. Donde fueron y donde vienen. Las últimas páginas de mi libreta, de 900 días de vida. Ahora se tornaron perennes y el tallo crece y se espiga, se robustece cual roble. El tronco se ensancha y las raíces pensar y retuercen la tierra indomable. Ahora el árbol crece y se hace grande. Mientras, yo, pequeña y minúscula, intentando adaptarme a la figura que suscita. Quiero dejarlo crecer dentro de mí pero no hallo espacio donde acoplarle.
Entonces, me quiebra en dos y sale. Las ramas rompen mis extremidades y desbordan entre mis dedos. Ahora soy vida, ahora soy árbol. Ahora soy Daphne e imploro a Zeus volverme laurel, eterno, en la corona que se teje sobre tus rizos.

Las hojas, perennes, de una vida caduca.

sábado, 5 de diciembre de 2015

" Y esa ven-dita costumbre de idealizar absolutamente todo, y seguir pensado que me enamoro a primera vista "