sábado, 18 de junio de 2016

No color favorito ha pasado de ser el rojo al naranja .
Mi número preferido ha bajado del nueve al cuatro, y mi ciudad elegida ya no es Madrid, sino Salamanca.

Qué vamos a hacerle
Llámalo bajada de pretensiones
O llámalo disfrutar de las pequeñas cosas de la vida

jueves, 16 de junio de 2016

Debe ser triste pasar tu vida de fiesta , viendo como todos al recogerse se van a casa. Y sabes que se despiertan Con una resaca enorme, con menos dinero en la cartera y quince mensajes que no debieron mandar
Igual de mortal que tú.
Pero ellos tiene a alguien al lado con quien Compartir la culpa .
Alguien
Igual de mortal que tú.

viernes, 10 de junio de 2016

No te voy a decir yo por dónde me ciño las formas que estén socialmente dictadas para encasillar mis sentimientos.
Que bastante tallas tengo ya en la cintura como para que le pongan medida a mis versos.
Que si quince, ocho, catorce, más una esdrújula y soneto.
Por esto en acto de inconformismo
o en ganas de romper las formas
me voy a permitir mi pequeña revolución:
Me voy a comer una caja entera de donuts
y me (le) voy a desabrochar el  primer botón.
a mí, y a esto.
Así que sé escribir cosas, o eso dicen. Como si debiera importarme lo que digan los demás. Pero hoy me han dicho que escriba, que sienta, que haga algo. Así que voy a hacer lo que mejor se me da: saltarme con doble mortal lo que está establecido. Voy a hacer casos a los terceros.
Si mañana me encuentran muerta, ya saben los culpables.
Voy a escribir algo, que ya es hora de volver a la vida.

jueves, 2 de junio de 2016

Podría haber hecho tantas cosas contigo, que me asusté al ver que era más grandes que yo . O que no me daba para una sola vida .

domingo, 8 de mayo de 2016

Por primera vez , Mayo no marcaba un comienzo. Mayo marcaba un final , un punto y aparte .
La esperanza del mes había florecido con las últimas lágrimas de la primavera .
El azul daba paso al verde, y mi vida aún tenía muchos blancos que cubrir .

viernes, 11 de marzo de 2016

Y de  nuevo me dijiste que no era nada en la vida.
Y a pesar de ser la culpable de mi propia existencia
De nuevo vi todas las tallas de las chicas
Eran tan pequeñas
Como mi amor propio

martes, 2 de febrero de 2016

Y aún harta de pastillas, sumergida en jarabes y perforada de vías, soy capaz de abrir los ojos si pasas al lado

domingo, 31 de enero de 2016

(...) y podría decirte el día de tu cumpleaños, los diálogos completos de tu cinta favorita o todos  los versos de La Odisea. Pero lo mejor seguirán siendo
T O D A S

E S A S

C  O S A S

Que nunca voy a poder decirte

domingo, 24 de enero de 2016

Qué bonito que tu objetivo sea salvar vidas.
El mío solo es destrozártela.
Perdona, amor mío, por  ser ar(t)ista
Tengo una necesidad imperiosa de escribir y enamorarme. De enamorarme de un intangible, de algo real, de lo ficticio, de aquello que no pueda dañarme.
De enamorarme, después de todo o antes de nada. Creo que es una buena señal.
Dicen que hoy se alinean los planetas. Que Venus, Marte, Mercurio, Saturno y Júpiter van a unir sus fuerzas durante un mes. Que solo ocurre una vez cada diez años. Que, vamos, es algo tan excepcional como que yo me enamore.
Y digo yo, ya que estamos ¿Por qué no lo celebramos y me besas?

sábado, 16 de enero de 2016

(...)365 días del día de 125 horas. Madrid era una fiesta, y las oportunidades pasaban como trenes. Trenes que no sabíamos cuando arribaban. Madrid era una fiesta y yo corría a una figura perdida en Sol. Madrid era una fiesta y una voz imponente y majestuosa nos lo anunciaba. Madrid era una fiesta y las luces competían con nuestro fulgor y la noche se iluminaba con nuestras miradas. Madrid era una fiesta y el sueño nos vencía en casas desconocidas, entre elixires etílicos y mejunjes medicinales (...) Madrid era una fiesta y tú, aún, no estabas invitado
Tenía pequeños detalles que endulzaban la vida, o al menos la concepción que ella tenía de esta. Siempre llevaba una taza de café, supongo que descafeinado, aunque por su energía constante no me habría extrañado que toda la mezcla estuviese impregnada de cafeína. Traía magdalenas por la mañana y regalaba entradas de cine. Llegaba tarde a la habitación, pero siempre pasaba antes por la biblioteca para darnos las buenas noches. No consentía beber refresco si no era en vaso, enviaba cartas, amaba el color rojo y tenía una obsesión, cuasi enfermiza, por hacer sus libretas ininteligibles.

Yo creo que era feliz, o al menos lo fue durante un tiempo. Tenía una sonrisa bonita y una curiosa forma de amar. A veces parecía una madre, otras daban ganas de amarla con pasión y, la mayoría, resultaba un enigma atractivo al que pocos podíamos llegar. Poseía una capacidad increíble para disfrazarse y jamás, jamás, la vimos llorando.

Yo creo que era feliz, o al menos lo fue durante un tiempo.



Así que has conseguido lo que querías: Ponerla bajo tu mando y volverla una friky de mierda.

¡Qué bien! ¡Cuán guay!

Pues a ver si ella te recita los siete tipo de lucha Jedi como podría hacerlo yo.





















Y tú dirás que no es nada, pero a mí ya me caía mal desde un principio y no sé si son celos, intuiciones u orgullo. En realidad, ni sé si me gustas, ni me atraes o si me aburro. No sé si quiero dos abrazos o un beso. No sé ni qué ni quién es mi director de cine favorito, cómo voy a saber qué carajo siento.
Yo no sé si serán tus ganas o mis huidas. Que el frío ha vuelto o que el verde se apaga. Yo no sé si será febrero o marzo, pero es ver que va a doler y de repente no sentir nada
y, oye, que después de todo no está tan mal
Ahora vas tú y le explicas a mis ojos, acostumbrados a ver con siete dioptrías, que mi corazón no sienta.

viernes, 8 de enero de 2016

Él vivía en una ciudad donde el mar traía el frío, donde las manos eran agujas para tejer bufandas infinitas con sus pestañas. Donde los labios eran espadas ardientes y afiladas para derretir el glacial de un verde a su lado.

Me gustaba su nueva ciudad tanto como me gustaba él, tanto como me gustaba arañarme los brazos en cada una de sus esquinas. Tanto como me gustaba mentir para verle. Ese día el cielo era de un azul claro, un azul tupido y perfecto para cubrirnos con su manto y ocultarnos del resto del mar.

Nos hundimos bajo el cielo con la suerte de tener si aire.




Siempre supiste a Mayo.

martes, 5 de enero de 2016

Dime que las letras de tu nombre no coinciden con las de Hansen. Que tu visión del amor no se ha visto influenciada por el pop inglés y que Morrissey no está entre tus cantantes favoritos.
Dime que no me estoy montando otra película. Dime que no soy verano.
En este invierno hace demasiado calor, y morir a tu lado es una forma tan dulce de morir...