domingo, 5 de abril de 2015

Había pasado parte de mi vida sin saber quién era. Resulta divertida pensar que con quince años tenía el mundo más claro y definido que ahora. Ahora que aún soy joven. Ahora que aún hay tiempo y me miro en el espejo (en ese que hace más delgada) y pienso que alguien debería salir de él, alguien curtido y anciano. Mi reflejo de la madurez rompiendo esa barrera en la que me dice que no tema, que  la vida está por delante y que ahora me toca vivirlo a mí.

Como todos los jóvenes, yo vine y acabó llevándome la vida por delante

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