Si hay flash a la luz de las velas, si hay color en lo negro de la noche, si
hay luz en tiempos oscuros, si hay Arte sin que nosotros veamos. (Sí, hay Arte
sin que nosotros veamos)
Quizás hay más disparos que no sabemos ver.
Quizás quede fuera del alcance explicar lo que supone descubrir que, aún sin
ver, él hace fotos. Él crea Arte.
De manera casual, sin buscarlo y sin tentarlo he dado a parar con la obra de
un compatriota, de un paisano de ciudad de y pasión, de un icono, de un
emblema, de un, desde hoy, ejemplo.
Sanz Lobato ha vuelto a su lugar. A Sevilla.
Hablar de sus obras es hablar de esencia, es hablar de trabajo, de técnica,
de amor, de fuerza, de testimonio, de Arte. Es hablar de Arte.
Y... ¿Quién dijo que el fotógrafo tenía ver? ¿Que tenía que mirar? ¿Que
tenía que observar?
No hacen falta ojos para sentir.
Rafael no ha perdido la vista, la ha dejado poco a poco en cada uno de los
momentos que ha inmortalizado.
Su vista es ahora parte de nosotros, parte de la historia y parte del
Arte.
Una imagen sigue significando más que una mirada.
Hasta Marzo, en Santa Clara, un motivo para seguir disparando.
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