lunes, 17 de junio de 2013

Lo peor de todo era que iba a seguir refugiadome así, en él. Iba a seguir llorándole cuando todo fuese mal, y eso era tan bonito que no quería estropearlo.
Era el que me iba a abrazar para decirme que seguía siendo bonita, que aún le gustaba, que no me sobraban kilos y que la ropa friky me quedaba bien.
En el fondo íbamos a curarnos las heridas, yo más que él, en el otro.
Era bonito vivir en esas mentiras de que yo era una chica bonita, cuando lo decía él me sonaba tan vacío... Que se desvanecía todo atisbo de intentar serlo

Lo peor de todo es que algún día se irá y, entonces, estaremos expuestos a todas las ofensas que quieran lanzarnos

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