Casi siempre fueron así, supongo que conmigo funcionaba perfectamente la teoría de que "un clavo saca a otro clavo". Y ahí estaba yo, en búsqueda del martillazo que fuese lo suficientemente fuerte como para levantar un clavo, pero demasiado leve para incrustarlo. Pero claro, por aquella época, yo, no era aún consciente de la magnitud de mis impulsos
(...)
Me robó mi ciudad, mi música, mi Arte.... Hasta diría que me robó un trozo de mi vida.
Y será egoísta a más no poder
Pero tengo ganas de llorar, no sé si de alegría, de rabia o de pena, cuando veo cómo su felicidad le hace sufrir.
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