Y es volver a esta ciudad, y a la jaula que supone, y sentir que mi figura me agobia y que se pierde el sol en una habitación donde no entra la luz...
Y sentir que se acaba la libertad de ser, por un momento, como todo el que me rodea.
Cambiamos el vodka-Lima por un vaso corto de Jack Daniels...
Supongo que no hace falta que te lo diga pero... Un buen libro siempre ayuda. O en su defecto... Un baño con burbujas y Ludovico Einaudi.
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