sábado, 19 de diciembre de 2015

Tenía unas ganas encantadoras de llorar, como si las lágrimas fuesen a borrar su mirada de mis ojos.
Suponían todo tan incierto y borroso que, desconcertada, asistía al fenómeno que provocaba su risa embotando mis oídos.

Tengo los dedos rotos por no soldarme con dedales. Tengo los labios cortados por no dar soldarme con besos.

No(s) encontramos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario