Es imposible que me vuelva a enamorar de ti. Lo sabes, y lo sé. Nos conocemos demasiado.
Pero a ratos me gusta recordar los tiempos pasados, en los que solo encuentro buenos momentos, recuerdos felices, caricias, abrazos, besos... Luces del crepúsculo y leve brisa, domigos astrománticos, cordes musicales y letras que nunca más se volvieron a cantar, poemas y poesías. A veces, puede, que incluso poetas.
No sé si serás quién ha escrito de mi, pero puedo asegurar que si eres quien ha escrito mejor. A veces incluso pienso, que todo lo que escribes tiene un pequeño guió hacia mi ersona, y eso, no puedo negarlo, me hace sentir increíblemente bien.
Más de una tarde de sábado, he querido volver a la calle Baños y quedarme sentada en tu azotea, mirando el cielo, como solíamos hacer las noches de invierno.
Y cantar, pero cantar muy bajito, y acariciar la guitarra, suave, lento, preciso, con cuidado, que nadie más nos oiga.
Y hacer de nuestros susurros un grito de liberación
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