miércoles, 25 de enero de 2012

No, no era justo. Había pasado lso tres últimos años con el deseo de estudiar fuera de aquí. Pensado que cuando tuviese la mayoría de edad iría a la Gran Ciudad a continuar mi formación. Me había ilusionado, no solo por el ámbito social y artístico que ello suponía, si no por el mundo de oportunidades que se me abrían y las enseñanzs que iba a poder recibir.
Madrid. Madrid había sido mi ciudad desde los catorce años.
En cuanto las idea de diplomacia salieron de mi mente y Ella (La fotografía) quiso encontrarme, Madrid se había establecido como mi meta.
Barajaba también la opción de irme a Navarra, pero esta, mucho más utópica y compleja, estaba totalmente fuera de mi alcance.




Cuando pasas meses soñando, y esforzándote al máximo, por tu objetivo, te olvidas lo lejano y difícil que es, y empiezas a creerte que puede ser verdad.
Supongo que eso me ha pasado. Yo, ingenia y soñadora, Yo, ilusionada y sin motivos, me había pensado que ese futuro podía ser cierto.

No, no lo era. Pero no lo era por una sencilla razón, porque no podía serlo. Y eso me enfadaba aún más. El día antes de una prueba de historia, yo, me pasaba la tarde frustada, y por ello sin ánimos de estudiar, porque veía como mi meta se alejaba.

Y aquello no era justo. Todo era asquerosamente sucio. Dinero, dinero, dinero... ¿Es que acaso eso lo movía todo? ¿Es que a nadie le importaba quién yo era? ¿Es que se movían solo por los ceros a la derecha? Me daba asco. Asco, y no me importa hacer público. Me sobran números en el sistema decimal de notas, me sobran, y eso es lo único que parece hacerles cambiar algo de opinión.
Pero ¿debo hipotecar mi vida en ellos? ¿Debo pagar una fianza que no se si se devolverá?
¿Y yo? Venida abajo por un sistema incalificable, por el sistema en el que se movía el Mundo.
 ¿Y ahora? ¿Y el Arte? No podía seguir delante de un libro pensando que ya no tenía más valor que mi propia satisfacción personal. Que no era poca, pero tampoco era suficiente si la meta se desvanecía


Ah, ahora se viene encima. Puedo prometer y jurar que nadie que confíe en mí será decepcionado. Pero quién confía... Con más rabia y orgullo que nunca, con más ganas y coraje que antes, con más yo, me muevo, y voy a moverme, voy a moverme sin meta o con ella, voy a moverme sin o con Arte, voy a buscarlo hasta donde nadie lo encuentre. No necesito nada, me valgo por mi sola. No voy a hipotecar mi juventud. Voy a  vivirla. No necesito renombre para triunfar, puedo aprender sin pagarle a nadie. No tengo que dejar a un lado la ciudad donde he nacido, no pienso separarme de mi familia ni de mis amigos. Lo tengo todo y nadie va a pararme. Sea donde sea, o como tenga que ser voy a triunfar mi camino.

Y pondré a mi vida por testigo de que se recordará en sus Aulas mi nombre. De que se arrepentirán de no haberme confiado. De que quedrán morir cuando vean lo que han perdido.

Porque ahora, más que nunca Yo, voy a Ser.

Y no volverá a nacer Arte por donde yo pise.

No hay comentarios:

Publicar un comentario