lunes, 30 de enero de 2012

No puedo

Resultaba imposible. EL verte implicaba que un manatial de palabras emanasen de mi puño, que una fuente de versos corriese por mis dedos, que una cascada de inspiración impulsase mis manos a (d)escribirte.

Eras poesía. Eras pura y limpia poesía. Corrompida solo punto en que toda obra debe estarlo.
Obra. Sí, eso eras, una obra.
Una obra que yo misma me había creado y que nunca podrá derruirse.

Ocupen otros el corazón, sean a otros los cánticos, impulsen otros la tinta o vea en otros el Arte.

Siempre, en la imperfecta métrica de cada verso, tu perfectamente errónea forma.

Oh tú, tú... Tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario