jueves, 29 de octubre de 2015

Me gustaría saber qué ha sido de ti. Desconocía que ahora habitabas La Ciudad. ¿Recuerdas cuando soñaba con que fuese mía? Ahora escucho bien tus palabras, era tan ingenia como siempre. La Ciudad no pertenece.
En toda aquella ingenuidad, hoy disuelta entre aguaceros de estaciones violentas, aún se riega el verdor de la esperanza en reencontrarte entre la gente. Ahora en un espacio más grande, ahora entre más cuerpos, ahora entre más noches y  ambrosías.
Vendrás entonces coronado de hiedras, semejante a un dios Baco, incitando a la fiesta que tu boca celebra. Roja de tinto y carmín, nos buscaremos en el dorado que solo refleja tu copa al presentarse medio llena. Seremos, entonces, de nuevo. En otro tiempo, en otro lugar,en otras vidas. Volveremos a salvar(nos) el mundo.

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